El arcano aliado para la temporada Capricornio es el VIIII: El Ermitaño.
En la temporada anterior (Sagi) fuimos en busca de nuestra verdad, y ahora Capri nos dice que la realidad es nuestra única verdad. La energía de idealización e ilusión va mermando y empezamos a sentir que lo que deseamos tiene que ser construido sobre bases sólidas, sinceras y realistas.
Y con esto no quiero decir que está mal soñar, o tener ideales, pero sí comprender que para que las cosas sucedan hay que planificar y accionar con claridad en el objetivo.
La energía del Ermitaño nos invita a mirar hacia atrás, a ver el camino recorrido, a dar cuenta de todas las herramientas que ya tenemos, de toda la sabiduría que acumulamos hasta ahora. Es también un momento de introspección, de mirar hacia adentro, de trabajar el desapego y reformular con amor nuestras viejas estructuras.
Es tiempo de corrernos de lo superficial para volver a lo esencial. Es tiempo de balances y de finales, para luego poder transmutar.
Uno de los desafíos podría ser dejar de responder a mandatos o el «deber ser», y animarnos a encontrar nuestra propia estructura.
Mirando la carta del Ermitaño podemos preguntarnos: ¿Qué necesito iluminar en mi vida?